Aunque pueda sonar extraño, es algo que ocurre con más frecuencia de la que pueda parecer. Que alguien tenga las llaves de un coche no quiere decir que sea suyo.
Además de los coches que puedan haber sido robados o sustraídos, pueden ser vehículos de renting, embargados, comprados a plazo, o incluso situaciones «curiosas» entre familiares del propietario.
La compra de coches con cargas administrativas (renting, embargos, etc.) no suponen una infracción para el comprador, ya que se considera adquiriente de buena fe, pero si no se ha satisfecho la deuda tendrás que hacerte cargo de ella (Si le pagas el importe total del coche a alguien que sólo es propietario del 10%, tienes un problema).
También puede suceder que el vehículo sea retirado por la grúa cuando un agente detecte que está embargado.
Puede suceder que te topes con un coche nuevo, pocos kilómetros, que acabe de ser financiado por alguien sin solvencia. Si compras ese coche, tendrás un lastre adicional que solucionar, su deuda pasará a ser tu problema. Sospecha de cualquier vendedor que te meta prisa.
Existen bandas organizadas que compran coches con financiación utilizando documentación robada. Luego venden esos coches, dejando a los compradores en la estacada.
Huye de cualquier vehículo que tenga cargas administrativas o pide al propietario que se encargue de levantar las cargas antes de hacerle el pago.
No pagues el coche a nadie que no sea el titular.